Entrevista a Mariana Miracco – Doctora en Psicología

Contacto: mmiracco@psi.uba.ar

  • Doctora de la Universidad de Buenos Aires, en Psicología.
  •  Licenciada en Psicología, egresada con honores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Diploma de Honor, expedido el 8 de junio de 2006.
  •  Docente de Grado y Posgrado.
  • Posgrados: Programa de Actualización en Terapia Cognitiva (UBA), Psicopatología Cognitiva: Clínica y Tratamiento (Universidad de Favaloro) y Curso de Especialización en Terapia Breve con orientación cognitiva-sistémica, (FIGB).
  • Ex Becaria Interna Doctoral y Post-Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) (2009-2016).
  •  Residencia Completa en Salud Mental, Psicología Clínica, Hospital General de Agudos “Dr. José María Ramos Mejía”. Dirección de Capacitación Profesional, Técnica e Investigación, Dirección General de Desarrollo y Capacitación del Personal Técnico, Administrativo y Profesional de la Salud, Ministerio de Salud, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2005-2009).

Bueno, Mariana. Primero gracias por permitirme esta entrevista. Para mí es muy grato poder contar con esta posibilidad habiendo sido alumna tuya en
una de las materias que más me marcó en la carrera (Clínica Psicológica y Psicoterapias, Emergencias e Interconsultas, Cátedra II). Para comenzar…
¿Cuántos años de ejercicio profesional tenés?
Hola Lara, gracias a vos. Hace 13 años que ejerzo como psicóloga, mis inicios fueron en el hospital, en la residencia.

¿Qué te llevó a inclinarte hacia la rama de la Terapia cognitivo-conductual?
Ya en la carrera fui eligiendo materias que se alejaban del enfoque psicoanalítico predominante, porque me interesaba poder pensar el sufrimiento humano y las conductas de las personas desde diferentes perspectivas. Del área clínica primero cursé la optativa con orientación sistémica y luego psicoterapias, y ahí encontré un enfoque mucho más
afín a mis inquietudes, y pude entender la importancia de contar con herramientas efectivas, y de la investigación en psicoterapia. Mi interés por este enfoque se incrementó aún más en la práctica, al atender en distintos dispositivos en el hospital, donde si bien predominaba también el enfoque psicoanalítico, me seguí formando en esa rama al ver que respondía a las necesidades y padecimientos de mis pacientes, y a mis preguntas e inquietudes como terapeuta.

¿Cómo surgió la idea de hacer tu tesis sobre “Afrontamiento, Creencias y Trastorno de Estrés Postraumático en Mujeres Maltratadas”?
Estando en el hospital teníamos un grupo de estudio y supervisión con colegas. Con algunos comenzamos a ver qué tratamientos eran más eficaces para personas  que habían padecido situaciones traumáticas.

Yo me interesé particularmente por aquellos casos que habían sufrido violencia familiar o doméstica, todavía no se hablaba tanto de violencia de género en esa época, porque lo veía en la guardia, en interconsulta de pediatría, en la consulta externa. Por ser docente de la cátedra del profesor Keegan tuve la posibilidad de pedir una beca de Conicet para iniciar el doctorado, bajo su dirección y la de Guillermina Rutsztein. Me decidí por ese tema, porque como te decía ya lo venía investigando y me interesaba profundizar en el estudio del trauma, por un lado, y de las cuestiones de género, por otro, sin saber todo lo que unos años más tarde sucedería con este tema, la visibilidad que comenzó a tener, y los movimientos que a nivel social afortunadamente están teniendo lugar hoy en día.

¿Qué tal fue tu experiencia en la Residencia Completa en Salud Mental, Psicología Clínica, Hospital General de Agudos “Dr. José María Ramos Mejía”? ¿Por qué motivo la hiciste?
Fue una experiencia muy linda y muy valiosa en mi formación. La recuerdo con mucho cariño y me enseñó mucho, sobre clínica y muchos otros aspectos de la formación por fuera del consultorio, como la Atención Primaria de la Salud, la internación, la interconsulta.
Humanamente fue una experiencia muy enriquecedora también. Y además valoro muchísimo el trabajo en el hospital y la universidad como sistemas públicos, yo me formé toda mi vida en el ámbito público, y por eso cada vez que puedo, trato de devolver algo de todo eso que recibí.

¿Cómo llegaste a supervisar residentes y concurrentes? ¿Cuál es tu experiencia al respecto?
Esa es justamente para mí una forma de retribuir todo lo que aprendí en el hospital; me fueron invitando como ex residente a dar clases en distintos hospitales, y me fueron pidiendo supervisiones. Últimamente también en relación a casos de violencia de género y de maltrato en la pareja, por ser un tema en el que me fui especializando. Es un trabajo que me da mucho placer y me enriquece, me estimula a repensar la teoría y los temas que doy en la facultad, y seguir estudiando y aprendiendo a transmitir mi experiencia clínica y docente.

Por otro lado, seguro gracias a tu dedicación, te ganaste varias becas ¿Qué te llevó a postularte? ¿Cómo te resultaron esas experiencias?
Varios factores me llevaron a postularme; primero la oportunidad que se me dio en la cátedra como te decía antes, eso fue fundamental. Luego el acompañamiento, y la insistencia te diría, de varios colegas. Por otra parte, yo estaba terminando la residencia y me parecía una buena forma de continuar mi formación profesional. Aprendí que la investigación es un complemento necesario y muy enriquecedor, tanto para la tarea docente como para la clínica. Y ahí fui, con dudas y temores, porque el doctorado es un proceso largo y exigente, pero tuve la suerte una vez más de contar con buenos acompañamientos, tanto en lo profesional como en lo personal.

¿Cómo terminaste siendo parte del equipo de Eduardo? En realidad… ¿Cómo se inició ese camino?
Ese camino se inició un tiempo después de empezar a cursar el posgrado con él, por sugerencia de colegas con quienes supervisaba, y con quienes compartía espacios de formación de la residencia.
Comencé haciendo traducciones para la cátedra con un grupo de colegas hasta que me ofrecieron integrarme al equipo docente. No lo podía creer, me generaba mucha ansiedad porque los admiraba y admiro muchísimo, y fue una de las mejores cosas que me podía pasar, en lo profesional y en lo personal fue una oportunidad de crecimiento inmensa, estoy muy agradecida.

¿Cuándo comenzaste a ser disertante en jornadas y congresos? ¿Cuál es tu experiencia en relación a ello?
En la residencia hice mis primeras presentaciones, luego al tener beca tenés más obligación de divulgar los avances y conocimientos que vas generando, y así me fui exponiendo en el congreso de la facultad y luego en otros, y debo confesar que aún lo hago con bastante ansiedad social, pero cada vez lo disfruto más y lo sufro un poco menos! Este año presenté en la jornada de la Asociación Argentina de Terapia Cognitiva y en la Jornada de Innovaciones de la facultad, dos eventos muy importantes en nuestro ámbito y con una gran convocatoria, y me sentí muy contenta por haber podido hacerlo. En estos dos casos fui alentada especialmente por Guido Korman y Cristian Garay, quienes como buenos terapeutas, contribuyen fuertemente con la exposición para mi ansiedad social jaja.

¿En qué momento empezaste a ser docente (de grado, posgrado y Hospitales)? ¿Qué te llevó a hacerlo en las diferentes áreas de formación?
En el 2007 ingresé a la cátedra como te contaba antes, y con el tiempo me fueron pidiendo otras clases, tanto en posgrado como en hospitales. Por ejemplo, Eduardo me invitó a dar lo que aprendí con el doctorado sobre trauma en su curso, y Leonora Lievendag me invitó a formar parte de la práctica supervisada que ella dicta y lo disfruto muchísimo.

¿Cómo surgió la idea del Seminario “¿Cómo intervenir ante el maltrato en la pareja en el ámbito clínico? ¿Cómo se gesta este (tan rico) proyecto?
Con un par de colegas venimos trabajando hace años en investigación sobre ese tema, a partir y más allá de los resultados de mi tesis. Muchos años compartiendo trabajos de campo, presentaciones y publicaciones, y nos pareció buena idea integrar todo eso y compartirlo, ya que la formación en ese tema escasea en general, no se adquiere en mi
experiencia ni en la formación de grado ni en el hospital por ejemplo, una capacitación específica para intervenir ante ese tipo de casos. Nos pareció que podíamos aportar en este sentido, y las tres contamos con experiencia docente, es una tarea que nos apasiona y el tema también nos convoca, por lo tanto armamos la propuesta y la recepción fue muy
buena.

Publicaste y fuiste parte de varias investigaciones ¿Sobre qué temáticas has redactado, participado e investigado? ¿Qué te llevó a elegir esos asuntos?
Como parte de la tarea docente integré diversos equipos de investigación. Particularmente desde hace 10 años investigamos sobre perfeccionismo en la facultad bajo la dirección de Eduardo; primero nos centramos en su impacto en el contexto académico y llevamos a cabo intervenciones especialmente orientadas a las dificultades asociadas con el perfeccionismo en ese ámbito. Luego nos fuimos interesando más en la dimensión e implicancias clínicas del perfeccionismo y actualmente nos interesa ver cómo se comporta ese fenómeno en terapeutas y su posible impacto en la psicoterapia. Tal vez algunos miembros del equipo seamos un poco perfeccionistas y eso haya colaborado (o no) con la investigación de este tema jaja. También tuve la suerte de participar como becaria durante un tiempo en el equipo de trastornos alimentarios de Guillermina Rutsztein, en el que aprendí muchísimo sobre esos temas también. Hoy mis tareas de investigación se dividen entre el perfeccionismo y la violencia de género.

También participaste de distintos artículos, traducciones y fichas de cátedra ¿Cómo fueron surgiendo tantos proyectos?
Uy, soy inquieta, curiosa y como te decía un poco perfeccionista… jaja La cátedra es un espacio muy importante en mi vida profesional, por ende, desde siempre tomé mis tareas allí con mucho compromiso y entusiasmo. Entonces cuando fui viendo oportunidades de contribuir con algo que yo sabía o me interesaba traté de hacerlo. Por ejemplo, las
fichas sobre intervenciones en crisis y sobre interconsulta en el hospital surgieron de la motivación por compartir lo que había podido estudiar o experimentar al respecto, y lo hice aprovechando que es un espacio compartido con colegas también muy comprometidos/as y apasionados/as por la Psicología. Y fueron saliendo.

¡Además escribiste libros! ¿Cómo se fue dando? ¿Qué tal esa experiencia?
Ese es otro capítulo súper rico y más reciente, que surgió en la confluencia de los temas que venía estudiando, específicamente la violencia y su prevención, y el impacto que la maternidad generó en mí. Me encontré en ese proceso con dos colegas súper curiosas y talentosas y con ellas surgió la idea de confeccionar materiales para divulgar herramientas para prevenir violencias y para favorecer la educación emocional como una forma privilegiada para ese fin.

Trabajás en consultorio privado (entre otras cosas) ¿Qué opinás del trabajo interdisciplinario? ¿Qué aportes considerás que otorga?
El trabajo interdisciplinario es fundamental para una buena práctica en Psicología. Enriquece y amplía la mirada acerca de los fenómenos que abordamos. También es un desafío enorme encontrar un lenguaje en común, y en la práctica privada, además encontrar los tiempos para fomentar ese trabajo. En el ámbito institucional es más fácil, hay espacios formales que lo favorecen.

Hoy en día ¿Trabajás con alguna población en particular?
No pero por mi especialización en los últimos años me fueron llegando más casos de violencia y trauma. Supongo que el hecho de que haya más difusión y concientización sobre esos temas favoreció que vengan directamente por eso. En cambio antes esos casos llegaban, tanto en el hospital como en el consultorio, pero en general a partir de otro motivo de consulta, como por ejemplo, un trastorno de ansiedad o depresión, y luego encontrabas antecedentes de situaciones traumáticas vinculadas con violencia, en general intrafamiliar.

Para ir cerrando… ¿Qué desafíos creés que tenga la Psicología a futuro? ¿Por qué?
Varios. Por ejemplo, el empleo de recursos tecnológicos como apps y otros que han ido surgiendo, y cómo aprender a integrarlos en la práctica para incrementar la efectividad de la psicoterapia.

Otro que creo muy importante es cómo seguir avanzando para que los mejores tratamientos disponibles lleguen más y más prontamente a la población, en particular a la población más vulnerable, que no puede pagar una psicoterapia y tiene múltiples problemas y necesidades insatisfechas.  Cómo hacer más eficiente nuestra salud pública y cómo hacer para que los y las terapeutas tengamos estándares de formación y supervisión acordes a esas necesidades.

Espero que en un futuro sea obligatorio acreditar formación y actualización adecuadas para ejercer la clínica. No solo es importante dar a conocer lo que sabemos, sino también ser conscientes de lo que no sabemos, aquello para lo cual no nos formamos específicamente y saber derivar, conocer los recursos disponibles para realizar las mejores derivaciones posibles.

¿Quisieras agregar algo?
Sí, que valoro que gente joven como uds. contribuya con la difusión de la práctica basada en la evidencia en Psicología; tenemos mucho para crecer en ese ámbito, así que es muy bienvenido que lo hagan.

¡¡¡Muchas gracias por tu colaboración!!!

Entrevistadora: Lic. Lara Velázquez (UBA)
Orientación Cognitivo Conductual.
Pasante de Cambio de Hábitos en rol de periodista científica.
laramariavelazquez@gmail.com