Hoy honraremos a dos días: el 28 de abril que es el día de la Seguridad en el Trabajo y el 1 de mayo, el día del trabajador. Antes de comenzar sobre los días, quisiera introducir una breve diferenciación entre los términos de trabajo y empleo. Muchas veces lo usamos como sinónimo pero sus significados son diferentes. El Trabajo es la representación de todo esfuerzo que una persona realiza. Este puede o no ser remunerado, depende de cada situación específica. Mientras que llamamos empleo al trabajo que se llevan a cabo y es remunerado económicamente. Por esta razón, hablamos de desempleo a la hora de explicitar que alguien no está ejerciendo actividades remuneradas.
Ahora bien, el trabajo es un tema amplio. Algunos afortunados, tienen la posibilidad de trabajar de lo que les gusta, otros trabajan en actividades poco placenteras por necesidad. Existen personas en búsqueda de trabajo y otros en busca de su jubilación.
Dentro del ámbito de la psicología, conocida es la frase de Sigmund Freud donde se destaca que la salud es la capacidad de amar y trabajar. Tener la posibilidad de trabajar en algo que nos complace, permite realizarnos, nos posibilita encontrar placer en lo que hacemos más allá de la remuneración económica, sino por el simple hecho que nos agrada la actividad que hacemos. Pero ¿Qué pasa cuando no nos gusta nuestro empleo? Aquí el hedonismo debe encontrarse en otras actividades, en los compañeros del trabajo, en los ratos libres.
Un titular de una noticia de la Organización Internacional del Trabajo explicita que “Los accidentes laborales, el estrés, las largas horas de trabajos y las enfermedades relacionadas con el trabajo causan 374 millones de muertes al año”. Según las estimaciones, las enfermedades del sistema circulatorio (31 por ciento), los cánceres de origen profesional (26 por ciento) y las enfermedades respiratorias (17 por ciento) representan cerca de tres cuartas partes de todas las muertes relacionadas con el trabajo. Las enfermedades provocan la mayoría de las muertes relacionadas con el trabajo (el 86,3 por ciento), frente a los accidentes del trabajo mortales (que representan el 13,7 restante). Ante la preocupación de la OIT por las elevadas cifras, se decidió realizar un informe sobre prevención en el día de Seguridad y Salud en el trabajo.
¿Cuándo se inicia a hablar de seguridad en el trabajo? El concepto de “cultura de la seguridad” surgió tras el accidente nuclear de Chernóbil en 1986. El trabajo había evolucionado y se encontraba en constante cambio por lo cual eran necesarias ciertas normas que le permitieran resguardar las vidas de los trabajadores ante los nuevos desafíos industriales. Se empezaron a enfatizar las políticas medioambientales, lineamientos sobre cómo seguridad e higiene en cada sector laboral, entre otras.
Existen cuatro ámbitos principales desde los cuales está cambiando el mundo del trabajo, a saber, la tecnología, la demografía, el desarrollo sostenible y la organización en el trabajo.
En cuanto a la tecnología, estamos adentrándonos en la “Cuarta Revolución Industrial”: pasamos de la energía por vapor, la electricidad, las computadoras personales para llegar a la era de la digitalización de la información. La utilización de la tecnología también ha llevado a la sustitución de los empleados. Ello afecta a la seguridad del empleo y el bienestar de los trabajadores, ya que la inseguridad laboral y el desempleo o subempleo puede tener efectos en la salud psicológica. Existen además cambios en los lugares de trabajo que tiene un aspecto positivo, alejarlos de lugares de trabajo peligroso, pero también efectos negativos como es el aislamiento, los riesgos ergonómicos (por ejemplo, los derivados del mayor uso de los dispositivos móviles y del trabajo sedentario) y con la carga cognitiva. Las ventajas de la tecnología podría verse en la utilización de aplicaciones que informen sobre temas de salud laboral, pero entre sus desventajas se encuentra el ciberacoso y la ciberadicción.
En cuanto a la demografía, actualmente nos encontramos con un envejecimiento de la población por la baja tasa de natalidad en la mayoría de los países. Los trabajadores mayores tienen algunas capacidades funcionales, a saber, físicas y cognitivas, que se empiezan a disminuir con la edad. Así, por ejemplo, los resbalones, los tropezones y las caídas son más frecuentes entre los trabajadores de más. Con respecto a las cuestiones de género, las mujeres son quienes sufren más desempleo y están representadas en exceso en determinados tipos de trabajo, por ejemplo, en el sector de los cuidados, así como en el trabajo informal y en las formas atípicas de empleo.
El desarrollo sostenible también es importante, debido al cambio climático que lleva a altas temperaturas, cada vez se reducen más los ambientes en donde pueden trabajar los seres humanos. También hay otros peligros ambientales a tener en cuenta: los incendios forestales, la radiación, la fundición de hielo polar, la pérdida de tierra productiva.
Por último, los cambios en la organización del trabajo se caracterizan por un número cada vez mayor de trabajadores que participan en el trabajo temporal, a tiempo parcial, en régimen de subcontratación, irregular, ocasional o a pedido, con contratos de cero horas, por cuenta propia y otras modalidades similares de empleo como el teletrabajo y el horario flexible. Los efectos directos de este tipo de trabajo son: • Trabajo inseguro • Horas de trabajo largas o irregulares • Múltiples empleos • Dificultad para conciliar la vida laboral con la vida familiar • Pagos contingentes, irregulares • Tareas adicionales, carga de trabajo cambiante • Menos remuneración, seguridad y derechos • Menos salud pública/seguridad
Escribe: Lic. en psicología Debbie Simil Perfil Público
Bibliografía
https://notisam.wordpress.com/
https://administracionsalud.com.ar/efemerides/