Covid-19: retos y oportunidades – por MSc. Marinés Guzmán

Sin duda alguna, la presente situación que confronta el mundo, a propósito de la pandemia declarada por la Organización Mundial para la Salud (O.M.S.), pone al descubierto, una vez más, la necesidad de seguir reflexionando en torno a la realidad humana. En esta ocasión, muy en particular, se hace perentorio no sólo reflexionar sino también actuar.

Una de las reflexiones, que me he permitido hacer, y ahora plasmar y compartir, está relacionada a la cantidad de información que se encuentra al alcance de la mano. Sin ánimo de emitir juicios de valor, ni menospreciar las intenciones, pues entiendo que cada persona se inspira, desde su realidad y contexto, a dar un aporte, una contribución que genere calma en las multitudes aterradas por este evento, me permito revisar el basamento teórico en el cual descansa parte de esta información.

Con gran preocupación, observo una desvirtuación de conceptos inherentes al individuo, que lejos de contribuir a la emisión de conductas saludables, complica los escenarios para ello, tal es el caso de las continuas frases, reflexiones y recomendaciones para la expresión y manejo de la ansiedad, cómo “no tengas miedo”, “las personas van a morir no por el virus sino de pánico”. Incluso, dichas frases se usan como campañas en medios de comunicación.

Desde la perspectiva teórico científica, el miedo, la ansiedad son expresiones adaptativas. Resulta lógico que un virus que ha sido declarado como una pandemia, por el máximo organismo en materia de salud, como lo es la O.M.S., genere cierta conmoción en las personas. Más aún, por tratarse de un hecho, totalmente inédito a nuestras sociedades y viendo cómo en nada, las poblaciones están siendo reducidas a un aislamiento, por razones de supervivencia.

Una de las estrategias, muy humanas, que siempre emplea el individuo ante situaciones amenazantes o de peligro, es buscar conductas de seguridad, conductas de evitación ante aquellos estímulos desagradables, a fin de preservar su estado de bienestar. Sin embargo, es bien sabido que para el manejo adecuado de la ansiedad o pánico, esto resulta poco útil. El cuestionamiento, surge precisamente, en el hasta qué punto, esa cantidad de información que se consigue con facilidad, no está más bien contribuyendo con la búsqueda de dichas conductas, encubriendo un problema de mayor alcance a futuro.

Tal situación, demanda, de los especialistas del comportamiento humano, continuar el trabajo en la psicoeducación de nuestras sociedades. Resulta evidente que muchos han tomado escenarios delicados para dar aportaciones con márgenes de error. La sociedad necesita saber qué hacer con sus emociones, tener información precisa, clara, oportuna respecto a sus propios estados emocionales y recibir educación para gestionarlos.

Por medio de esta reflexión, me permito, recordar en mi condición, como orientadora de conducta, con responsabilidad en la prevención en materia de salud mental, los siguientes postulados básicos para el
manejo de la ansiedad, lo cual pueda resultar útil en la promoción de la salud mental de la población mundial en los actuales momentos.

A todos nos conviene saber ¿Por qué sentimos lo que sentimos?
1.- La ansiedad es un mecanismo biológico de adaptación. Tiene un carácter de supervivencia.
2.- Las conductas de seguridad, escape y evitación, a pesar de lograr un alivio momentáneo, son la
principal causa de los trastornos de pánico.
3.- La ansiedad desaparecerá si se acepta como lo que es, una respuesta natural del organismo, ante una
situación amenazante. Si se evita, traerá complicaciones
4.- Ante las situaciones y las reacciones físicas que éstas generan, se producen pensamientos, los cuales
es necesario gestionar. El secreto del manejo adecuado de la ansiedad está en la gestión del pensamiento,
de las formas cómo interpretamos las situaciones.
5.- Los pensamientos distorsionados o irracionales pueden alternarse por pensamientos que cumplan con
los siguientes criterios: objetividad, utilidad, expresión de lenguaje flexible, que produzcan equilibrio
emocional.
6.- La historia de la humanidad registra hechos en los que se evidencia que gracias a la ansiedad se han podido superar situaciones de peligro, lo que ha permitido llegar al siglo XXI como especie humana.

Este tiempo, además de inspirar la labor psicoeducativa en la promoción de la Salud Mental, puede ser útil para motivar a las personas a la revisión de las propias cosmovisiones; la reflexión del quehacer humano, del énfasis en lo que se está orientando la existencia; los valores y prácticas trascendentales; las decisiones, las formas como se confronta el día a día; las rutinas de vida y los hábitos. Es una excelente ocasión para instruir a las personas en la importancia de evaluar, replantear y avanzar en los propósitos de vida.